Francesca Cunninghame

Francesca Cunninghame, Cientifica de la Fundación Darwin, con un Pinzón de Manglar

” Un exitoso primer paso. ”

Así se refiere la Fundación Charles Darwin a los resultados de una dramática operación de rescate  de los Pinzones de manglar en la isla Isabela, que se encontraban al borde de la extinción. Nueve semanas después del inicio del proceso, la Fundación Darwin y el Parque Nacional Galápagos informan que 15 pichones de pinzón criados en cautiverio han retornado a su hábitat natural, y se encuentran en buen estado. Esto no  hubiera sido posible sin la intervención humana.

Francesca Cunnighame, la científica a cargo del proyecto,  escaló árboles de hasta 15  metros de altura para recoger nidos de pinzones que contenian 21 huevos y tres crías y cuidadosamente bajarlos y entregarlos  a sus compañeros de equipo .

Como informó Galápagos Digital en febrero, el grupo de la Estación Científica Charles Darwin, el Parque Nacional Galápagos y el Zoológico de San Diego tomaron estas medidas porque la población de pinzones  de manglar se había reducido a entre 60 y 80 aves.

J. O’Connor / Wikimedia Commons

La mosca Philornis downsi

Los pinzones están en peligro a causa de una mosca parasitaria, Philornis downsi, introducida en las Galápagos, posiblemente en barcos de carga, hace medio siglo. La mosca pone sus huevos en los nidos de las aves y sus larvas atacan a los pichones de pinzón chupandoles  la sangre hasta que mueren.

Para evitar este trágico resultado los cientificos colocaron los huevos en una incubadora portátil y los transportaron en una embarcación a la Isla Santa Cruz, donde las aves fueron puestas en cuarentena, lejos de las larvas de mosca, antes de ser liberadas en su medio natural. En un principio, los pichones  fueron alimentados a mano 15 veces al día. En cuanto a los tres pichones encontrados en los nidos en Isabela que se hallaban infiltrados de larvas fueron inmediatamente tratados con vaselina lo que hizo que las larvas emergieran y pudieran ser eliminadas. Dos pichones sobrevivieron y fueron conducidos por helicóptero a Santa Cruz.

“Es increíble,” dijo Cunnighame,”pensar que apenas a finales de enero recolectamos los huevos y ahora  hemos conseguido liberar en su hábitat natural a 15 pichones criados en cautiverio.”

El gran temor para el equipo científico era si las aves podrían hacer la transición a la vida silvestre en buena forma. Después de pasar sus primeras semanas de vida en aviarios, ¿serían las aves capaces de  buscar comida por su cuenta sin depender de cuidadores humanos?

El proceso de liberación fue gradual. Primero esperaron hasta que las aves pudieran alimentarse independientemente en el laboratorio. Entonces fueron trasladadas a aviarios especiales instalados en su bosque de manglar en lsabela.”Aunque las jóvenes aves aun contaban diariamente con alimentos,” dice Cunninghame, “los incitamos a buscarlo como hacen los pinzones de manglar silvestres llenando los aviarios con troncos caidos, hojarazca, ramas de árboles con frutos nativos y semillas de mangle negro con orugas.”   Las puertas a los aviarios se mantuvieron abiertas  permitiendo a las aves salir y entrar a voluntad.

Ministerio del Ambiente de Ecuador

Un pinzón equipado con un dimuto transmisor de radio

Antes de liberarlas  las aves fueron equipadas con diminutos transmisores para que el equipo de rescate pueda rastrear sus movimientos .

Con el tiempo, los científicos añaden, los pájaros se volvieron cada vez más independientes volando  más lejos de los aviarios y regresando por la comida con menos frecuencia. Además interactuaron positivamente con los pinzones silvestres.  “Al parecer son capaces de reconocer a su especie” observa Cunninghame, “Esto fue alentador.”

“Hasta el dia que partimos todavia pudimos localizar a 8 de los 15 pichones,” dice Cunninghame, “Nos complace informar que no se confirmó la muerte de ninguno.” Ahora, los científicos tienen que observar y esperar para descubrir cuántas  de las aves  sobrevivirán su primer año en la naturaleza

Bocetos de pinzones por Charles Darwin

Después de que  Charles Darwin regresó de su expedición a Galápagos  en 1835 sus observaciones sobre las variaciones  entre los pinzones de diferentes islas, que él y otros miembros de la tripulación del Beagle recolectaron  y clasificaron,  inspiraron su teoría de la evolución por selección natural. Es significativo que en los años transcurridos desde la época de Darwin no se ha extinguido ninguna de las especies de Pinzones de Galápagos, lo que resalta la importancia de salvar  al Pinzón de manglar.

Mientras tanto, la cuestión de qué hacer con la mosca Philornis downsi perdura. Hace unas semana, investigadores de la Universidad de Utah probaron una posible solución: proveer a los pinzones con algodones especiales para sus nidos.

Sarah Knutie / Universidad de Utah

Un pinzón toma algodón de un dispensador colocado por investigadores cientificos.

Este experimento se realizó en la isla Santa Cruz donde existe una diferente especie de pinzones. Un equipo dirigido por la investigadora Sarah Knutie colocó recipientes con algodón empapado en permetrina, un pesticida suave. Las aves agarraron el algodón como material de nidificación, en efecto, fumigando sus propios nidos. En un reporte publicado  en la revista Current Biology, Knutie y sus colegas escriben que observaron que solo un gramo de algodón tratado incorporado a  un nido fue suficiente para matar a las moscas.

La Dirección del Parque Nacional Galápagos todavia tiene que analizar los riesgos de este método y llevar a cabo más estudios, pero algunos expertos opinan que la estrategia de auto-fumigación podría ayudar a proteger a los pinzones a corto plazo. Aún así, los expertos están buscando una solución a largo plazo para las infestaciones de moscas que afectan a los pinzones  tal vez empleando avispas que se alimentan de las moscas. El desafío en el  frágil ecosistema de Galápagos es asegurarse de que estas especies introducidas no tengan un impacto negativo en los insectos nativos de las islas. Dirigentes de las organizaciones que participan en el proyecto: La Fundación Charles Darwin, El Ministerio del Ambiente de Ecuador, El Parque Nacional Galápagos y el Zoológico de San Diego han expresado satisfacción por los resultados obtenidos hasta el presente.

El proyecto está financiado por Save Our Species, International Community Foundation con un donativo de The Leona M. and Harry B Helmsley Charitable Trust, Durrell Wildlife Conservation Trust y Galápagos Conservacy.