Juan Carlos Ávila
Un pichón es alimentado a mano en la Estación Científica Darwin.
Como la mayoría de los bebés estos recién nacidos requieren mucha atención. Mientras esperan en sus incubadoras ser alimentados 16 veces cada dia, escuchan las voces grabadas de sus padres. Consumen una fórmula especial de papaya, huevos revueltos e insectos. ¿Insectos?
Esto es porque no son bebés humanos, sino pichones de pinzones de manglar. La terapia intensiva que reciben está diseñada para salvar a su especie de la extinción.
Los pinzones de las Galápagos son las aves que ayudaron a inspirar la teoría de la evolución de Charles Darwin. Hay trece especies de pinzones en las islas. Pero ahora, seis de esas especies están en declive y la población del Pinzón de Manglar (Camarhynchus heliobates) se ha reducido a entre 60 y 80 aves. Esto ha impulsado una gran campaña de rescate.
Juan Carlos Ávila
Pinzón de Manglar en su habitat natural en Isabela.
En el lado occidental de la isla Isabela en la Playa Tortuga Negra, el Parque Nacional Galápagos, la Fundación Charles Darwin y el zoológico de San Diego se han unido para garantizar que los pinzones de manglar sobrevivan.
“Nos llevó tres años de planificación para llegar a donde estamos hoy “, dijo Francesca Cunnighame, científica de la Fundación Darwin, quien está a cargo del proyecto.
J. O’Connor / Wikimedia Commons
La mosca Philornis downsi
La mayor amenaza para los pinzones es una mosca parasitaria, Philornis downsi, cuyas larvas infestan los diminutos cuerpos de las aves recién nacidas y se alimentan de su sangre y tejidos. La mosca apareció por primera vez en las Galápagos en la década de 1960, ahora el insecto se encuentra en casi todas las islas del archipiélago. No fue sino hasta la década de 1990 que los científicos comenzaron a estudiar el impacto de la mosca en la población de aves, porque diezmó las poblaciones de pinzones, y en particular el pinzón de manglar .
Técnicos del Parque Nacional y de la Fundación Darwin recolectaron huevos de nidos silvestres del bosque de manglar en Playa Tortuga Negra, Isabela. Luego, estos frágiles pasajeros fueron trasladados en una incubadora portátil a las instalaciones recientemente creadas para su incubación y crianza a mano en la Estación Cientifica Darwin en Santa Cruz. Aqui son mantenidos en cuarentena para evitar la posibilidad de que los polluelos sean infectados. Y aqui nació el 10 de Febrero el primer Pinzón de Manglar en cautiverio.
Parque Nacional Galápagos
Francesca Cunninghame (A la derecha) y miembros del equipo de rescate examinan los huevos recolectados.
Hasta la fecha, 13 polluelos han sido incubados en este laboratorio. Cuando estén suficientemente fuertes y puedan volar los pichones serán trasladados a un “aviario de aclimatación ” en Isabela, antes de ser devueltos a su hábitat natural. Los científicos describen el proyecto como los primeros pasos para las aves jóvenes. Desde principios de febrero, los equipos han recogido 21 huevos y tres polluelos recién nacidos.
Los equipos emplearon sistemas de evacuación médica (generalmente asociados con zonas de guerra o desastres) para transportar a los huevos y a 3 polluelos encontrados recien nacidos en sus nidos.
Richard Switzer, Director Asociado de Ecología Animal Aplicada del Zoológico de San Diego, describió cómo las crías fueron trasladadas en helicóptero desde Isabela a la Estación Cientifica Darwin en la isla de Santa Cruz para su tratamiento:
“Usamos Q-tips con vaselina,” dijo el Sr. Switzer, “y los untamos en la nariz y los oidos de los pichones” añade que las larvas de mosca, privadas de aire por la vaselina, emergieron y los técnicos las extrajeron con pinzas quirúrgicas. De las tres primeras crías de pinzones tratados de esta manera dos sobrevivieron.
“Los miembros del equipo del Zoológico de San Diego,” añade Switzer, “Estamos muy contentos de colaborar en este proyecto de vital importancia para evitar la extinción del pinzón de manglar.”
Parque Nacional Galápagos
Playa Tortuga Negra en Isabela el último refugio de los Pinzones de Manglar.
Los científicos visitantes están capacitando a varios ecuatorianos para continuar con el trabajo en los próximos años. “Ser capaz de compartir estos conocimientos para la conservación de la biodiversidad de Galápagos,” dijo Switzer, “es una oportunidad maravillosa.”
La Ministra del Ambiente de Ecuador, Lorena Tapia, recalca que es importantísimo el apoyo de diferentes organismos, tales como la Fundación Charles Darwin y el Zoológico de San Diego, ya que “debido a la magnitud geográfica y los problemas que enfrentamos, se requiere aunar esfuerzos para la conservación de una especie que se ve seriamente afectada.”
“Lo que hemos logrado es un gran paso adelante,” dijo Cunnighame, aunque advierte que aun quedan muchos años de trabajo por delante en el restablecimiento de la población del pinzón de manglar. “La reintroducción de los pichones a su habitat natural va a ser nuestro próximo gran desafío.”
En última instancia, los científicos esperan encontrar un método para controlar la mosca Philornis downsi. Aunque en una zona ecológicamente sensible como las Islas Galápagos el uso generalizado de insecticidas no es posible.
“Nos enfrentamos a una enorme cantidad de desafíos”, dijo Cunnighame .
El Proyecto del Pinzón de Manglar está financiado por SOS – Save Our Species, la International Community Foundation (por un subsidio concedido por The Leona M. and Harry B. Helmsley Charitable Trust), Durrell Wildlife Conservation y Galapagos Conservancy. San Diego Zoo provee asesoría técnica. Algunos individuos particulares, entre ellos Paquita Hoeck, también han contribuido.