Casi 30,000 seres humanos viven en las Galápagos y cerca de 200,000 turistas las visitan cada año pero las islas también tienen un sinnúmero de huespédes indeseables: plantas y animales transportados por los humanos. En el sitio web “Planet Earth Online, el Dr. Ken Collins de la Universidad de Southhampton en Gran Bretaña, expresa su preocupación sobre la introducción de estos invasores.
El Dr. Collins, un ciéntifico marino, lidera un proyecto subvencionado por el gobierno británico destinado a proteger la biodiversidad marina. Pero el también se preocupa por lo que ocurre en tierra.
“Las Galápagos son las islas de reptiles y pájaros, no de mamales”, declaró Collins. “Todos los mamales introducidos han causado graves problemas: No solamente los chivos pero las ratas, los gatos, los cerdos y los burros.”
Comenzó hace siglos cuando la industria ballenera estaba en su apogeo. Los balleneros comenzaros a soltar chivos en las islas para que los anmales se multiplicaran y fueran otra fuente de comida para futuras expediciones. Desafortunadamente los chivos se comieron toda la vegetación en las islas elimnando la fuente de nutrición para las criaturas nativas. Esto acabó con muchas de ellas. Solo después de una rigorosa y costosa campaña, que incluyó expertos tiradores en helicópteros, se logró erradicar los chivos en algunas islas. En lo que hace la vida marina, añade el Dr. Collins, se necesita continua vigilancia para mantener las aguas de la reserva marina de Galápagos en estado pristino. “Hay una diversidad fantástica bajo el agua, tal como en tierra”, declaró a la publicación digital.
Y aquí está la traducción de la nota original de Planet Earth Online:Mayo 10, 2013
La fauna y flora de las Galápagos es única y se encuentran amenzadas. Tom Marshall del sitio web Planet Earth Online entrevistó a Ken Collins de la Universidad de Southampton para descubrir por qué y lo que científicos y conservacionistas están haciendo sobre ello.
Las Galápagos son un gigantesco experimento natural sobre como los organismos responden al aislamiento. El increible número de plantas y animales únicos que viven aquí inspiraron la teoria de la evolución de Darwin. Ahora miles de visitantes vienen cada año a ver las tortugas gigantes y las iguanas marinas.
Pero esta cornucopia natural está en peligro. El creciente número de turistas provee una bienvenida fuente de ingresos a la economía local, pero ponen mucha presión sobre la misma vida natural que vienen a admirar. Y las especies invasivas proliferan y amenazan a las nativas que han evolucionado a través de millones de años con pocos enemigos y pocas pestes.
El Dr. Ken Collins,un científico marino en la Universidad de Southampton, basado en el Centro Nacional de Oceanografia de la misma ciudad, ha visitado las islas con regularidad desde la década de los 80, y entre 1997 y 2000 tuvo un papel central en crear el Plan de Manejo de la Reserva Marina de Galápagos. Ahora lidera un proyecto pagado por la Iniciativa Darwin del gobierno británico que trata de proteger la biodeversidad marina de las islas. Hemos aprendido, y no de forma fácil, que las islas necesitan protección aun de animales que parecen inocuos. Los chivos han sido huéspedes muy indeseables. Años atrás en la era de barcos de vela cuando no se sabia nada sobre la protecciónde las especies nativas, los balleneros y otros barcos dejaban chivos en las islas con la idea de que se reprodujeran y asi proveyeran otra fuente de carne fresca en una próxima visita. Los chivos no solamente se multiplicaron se expandieron por las islas y como una plaga de langostas devoraron toda la vegetación. Solo recientemente se han erradicado de algunas islas después de una larga y costosa campaña que incluyó expertos tiradores desde helicopteros.
“Las Galápagos son las islas de reptiles y pájaros, no de mamales”, declaró Collins. “Todos los mamales introducidos han causado graves problemas: No solamente los chivos pero las ratas, los gatos, los cerdos y los burros.”
Otras amenazas son mas sutiles. El terreno de las islas es desértico y volcánico. La mayoria de la comida para los 25.000 residentes y los 200.000 visitantes anuales llega en barcos y solo recientemente se dieron cuenta que también traen mosquitos en sus bodegas atraidos desde las areas pantanosas del Ecuador por las luces de abordo. Algunos de estos nuevos visitantes traen enfermedades tales como la malaria y el dengue y otras infecciones que amenazan la sobrevivencia de las poblaciones de pájaros locales.Simplemente cambiando las bombillas de filamento a luces de sodio color naranja que las hace invisibles a los insectos ha solucionado el problema parcialmente, junto con la fumigación de las bodegas de los barcos y los aviones. Pero mucho mas permanecen, algunos obvios otros mas insidiosos.
Los primeros colonos no solamente trajeron mamales, también plantaron vegetación que pensaron les seria útil. Algunos ejemplos de plantas que están fuera de control son árboles de chinchona traidos para extraer quinina y combatir la malaria esparcida por los mosquitos, plantas de aceite de castor y moras. Estas últimas han inflitrado gran parte del terreno creciendo a lo largo de los caminos y cubriendo campos enteros con malezas. Se puede acarrear a los chivos o matarlos desde lejos, las moras tienen que ser eliminadas un arbusto a la vez.
Los cambios en el ambiente submarino son mucho mas difíciles de observar y se han convertido en el foco de preocupación para los científico. Collins y su equipo han ayudado a efectuar los primeros estudios submarinos de los principales puertos de las islas. Por ahora no hay un resultado claro. Hay algunos signos que preocupan pero con vigilancia sería posible prevenir que las aguas que rodean a las islas sufran la misma suerte que han sufrido otros puertos. En Southampton’ por ejemplo los muelles han recibido especies invasivas de todo el mundo por más de un siglo que llegan como polizones pegados al fondo de los barcos o en los tanques de balastre. Su original eco-sistema is irreconocible ahora.
‘Recibimos cargamentos de todo el mundo y como resultado nuestro medio ambiente submarino es ahora completamente extraño”, dice Collins. El fondo marino del estrecho de Southhampton está cubierto de especies de conchas de las Americas y algas del Japón. “Queremos impedir que algo similar ocurra en las Galápagos,” añade. “Hemos aprendido que es más fácil cortarle el paso a algo que llega que tratar de erradicarlo una vez establecido.”
La situación no es tan grave alrededor de las islas pero hay motivos de preocupación. Dos nuevas clases de algas que han causado problemas en otras partes se han descubierto en la Reserva Marina de Galápagos un Patrimonio de la Humanidad. Una forma de coral blanco, Carijoa recemosa, que es sumamente agresivo se ha reportado frente a las costas de Ecuador continental y no seria sorprendente que llegara a las islas.
A largo plazo el pez león seria un problema aun mayor. Un nativo del Oceano Indico tiene un apetito voraz y puede devorar poblaciones enteras de peces a gran velocidad. Un solo pez león puede comer 20 peces pequeños en media hora ya que su estómago se puede expander a 30 veces su tamaño normal. Ya se encuentra en el Caribe y no hay razón para dudar que podria pasar a través del Canal de Panamá y llegar a Galápagos.
El sistema de monitoreo y vigilancia que Collins y su equipo han instalado deberia proveer suficientes alertas sobre estos invasores permitiendo a los conservacionistas tomar medidas mientras se pueda. También proveen una linea de base para entender estos cambios cuando ocurren.
El exceso de pesca también causa daños alrededor de las islas. Collins trabaja con pescadores locales para hacerles entender que la conservación también los beneficia. “El manejo de la pesca es reactivo, solo después que serios problemas aparecen se trata de hacer algo y para entonces puede ser muy tarde.” dice. ‘Queremos hablar con los pescadores antes que eso ocurra y enlistarlos en nuestros programoas de monitoreo para poder manejar esos recursos en forma sustentable.” Los pescadores están tratando de ganarse la vida y es mucho mas efectivo demonstrarles las consecuencias de sus acciones directamente – por ejemplo que los pepinos marinos, de los que dependen, están en peligro y que deben disminuir su pesca. En su mas reciente viaje a las islas, el equipo también habló con miembros de la Armada Ecuatoriana y con las autoridades marítimas civiles sobre como pueden contribuir.
Los daños que se evitan a través de estos esfuerzos de conservación marina no son tan obvios como los causados por las especies invasivas en tierra pero Collins piensa que valen la pena porque la vida submarina alrededor de las islas es tan única como la de sus habitantes terrestres y sus aves. “Los peces mas grandes como los tiburones pueden nadar hacia y desde las islas pero los mas pequeños no pueden y por eso los pocos que pueden hacerlo evolucionan en nuevas especies.” añade “Como en tierra hay una diversidad fantástica bajo el agua.”